PRETENDIENTES A REGIDOR EN LA REQUENA DE FINES DEL XVI.

18.02.2024

Por Víctor Manuel Galán Tendero.

La Monarquía hispánica se encontraba en severísimos compromisos en la década de 1590. En los Países Bajos se habían formado las Provincias Unidas contrarias al poder español, la guerra con Inglaterra proseguía en un amplio frente y la intervención en una Francia en discordia se estaba mostrando cada vez más adversa. En el reino de Aragón había prendido la rebelión, pero la situación no había pasado a mayores, cuando Antonio Pérez criticaba a Felipe II ante sus enemigos y se desconfiaba vivamente de los moriscos, pues todavía se estaba en guerra contra los otomanos y sus dependencias norteafricanas. Las minas indianas y la incorporación del imperial Portugal a la Monarquía rindieron amplios beneficios, pero los gastos eran ingentes. Sobre el poderoso imperio se cernía la bancarrota y el malestar económico de muchas de sus gentes, particularmente de Castilla.

Felipe II era muy consciente de todo ello. Quiso sacar dinero de todos los lugares posibles, incluyendo muchos de los municipios castellanos. Titulares de extensos términos en numerosos casos, dedicaron una parte sustanciosa de los mismos a dehesas, cuyos pastos se arrendaban. Sus pósitos de cereales y hospitales de pobres también gestionaban importantes sumas. El control de tales recursos y capitales quedaban en manos de los regidores, que a lo largo del siglo XVI fueron adquiriendo la condición de perpetuos. Tal fue el caso de Requena, que en 1593 consiguió del rey doce regidurías perpetuas a cambio de dinero. Los ambiciosos comenzaron a presentar sus credenciales.

Uno de ellos fue Martín Ferrer, un oligarca cuestionado por otros. El 8 de mayo de 1597 se quejó de las zancadillas y la cuestión llegó al solicitador en la corte, un letrado encargado de recabar las debidas mercedes, Pedro de Durango Uriarte. La oposición había partido del carmelita Alonso Duarte. Había puesto como pretexto el costoso pleito de Mira, pero las raíces se encontraban en la toma de partido de parte de la comunidad del Carmen en las disputas de la oligarquía local. Martín Ferrer logró que el consistorio lo secundara, quejándose al provincial carmelita. En la Castilla de la Contrarreforma no gustó que los religiosos se inmiscuyeran en cuestiones mundanas.

Poco más tarde, un 12 de junio de aquel mismo año, el licenciado Francisco García de Carcajona también pretendió una regiduría perpetua. El momento era muy poco propicio, al estar desbordados por los trabajos en la Chancillería de Granada tanto el procurador como el solicitador. Al final, el éxito le llegaría a aquél el 11 de mayo de 1599. Ser regidor de la Requena de fines del XVI no fue sencillo.

Fuentes.

ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE REQUENA.

Actas municipales de 1593 a 1600, nº. 2897.

REQUENA Y SU HISTORIA
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