LOS PRIMEROS LIBERALES DE REQUENA.
Por Víctor Manuel Galán Tendero.
En 1824 los voluntarios realistas no consiguieron reclutas decentes en Requena, donde se prohibió ir con capuchón a las procesiones de Semana Santa. Mientras que el absolutismo sólo parecía atraer a beodos y ladrones, el liberalismo contaba con grandes simpatías. Los últimos defensores de la Valencia liberal frente a los Cien Mil Hijos de San Luis fueron requenenses. Requena se convirtió en un baluarte del liberalismo en la mitología política posterior, posicionada frente a un Utiel absolutista.
Mitos aparte, es cierto que las gentes de Requena participaron con intensidad en la gran revolución liberal, que en el mundo occidental se extiende entre 1776 y 1848. En el corazón de la misma se encuentra la española palabra liberal, que expresa los anhelos ilustrados recogidos en la Constitución de 1812, con un horizonte utópico claro.
No todos se hicieron liberales por convicción, sino también por interés. Con su acento en la felicidad enraizada en la posesión de bienes materiales y en su viva defensa de la ley escrita, el liberalismo ganó la opinión de muchos propietarios. En Requena, la vieja aristocracia estaba dando paso a una nueva fundamentada en la sedería, el comercio y la tenencia de tierras. Los gobiernos de Carlos IV podían haberlos ganado para el absolutismo con concesiones sobre el poder municipal.
Sin embargo, el absolutismo se encontraba en ruina, algo especialmente perceptible tras la guerra contra Napoleón. Falto de fondos, sus exigencias de dinero, dirigismo económico e imposiciones políticas le malquistaron el apoyo de muchos grandes propietarios requenenses, que cultivaron la alianza con militares y terminarían secundando a la niña Isabel frente a su tío don Carlos. Las desamortizaciones reforzarían tal compromiso.
El siguiente texto nos descubre el nombre de los liberales más conspicuos de la Requena que, tras haberse librado de la ocupación napoleónica, aplicaba la Constitución de 1812. Le cedemos la palabra:
"En la villa de Requena, a primero de enero de mil ochocientos catorce. Los señores don José de la Cárcel Marcilla y don Francisco Antonio Herrero, alcaldes constitucionales; don Andrés Ferrer de Plegamans, don Ginés María Herrero, don Nicolás Monsalve, regidores actuales que continúan en sus destinos; y no concurrió don Mateo López Ochando, otro de esta clase por estar ausente; don Joaquín Severo Moral, don Pascual Penén, regidores que han cumplido, y no concurrieron don Eusebio Cantero y don Francisco Ibáñez, regidores de la misma naturaleza; don Francisco Penén y Penén, procurador síndico, que ha cumplido y que subsiste; y don Joaquín María Ferrer, procurador síndico que ha cumplido; en virtud de citación se congregaron en la sala capitular provisionalmente destinada para la comodidad de las sesiones, donde concurrieron también los señores don Mariano Segura, regidor primero, don Guillermo Mata, tercero, y Santiago Montés, cuarto, y don Ignacio Moya, procurador síndico, electos en la junta de electores celebrada en veintiocho de diciembre último, y no concurrió don Blas Checa, regidor segundo, que se halla enfermo según expresó el primero, manifestando que lo verificara según que lo permita su restablecimiento, y habiéndoles hecho saber lo resultante de dicha elección para que tomen posesión de sus empleos."
Fuentes.
ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL.
Actas municipales, 1 de enero de 1814, nº. 2732.
