EL HÁBITAT DE POBLACIÓN REQUENENSE DEL FINAL DE LA I GUERRA CARLISTA A LA RESTAURACIÓN.

04.02.2024

Por Víctor Manuel Galán Tendero.

En 1842 Requena alcanzó los 10.404 habitantes, según los censos del gobierno, y en 1832 unos 7.172 tuvieron que pagar el reintegro de los fondos del quebrantado Pósito. Entre 1832 y 1842 se libró la I Guerra Carlista. Un número indeterminado de personas se acogieron a las defensas requenenses ante las acometidas carlistas, pero el conflicto no favoreció el crecimiento vegetativo de la población, por lo que si comparamos las cifras de 1832 y 1842, al menos una cuarta parte de su vecindario era pobre, tan pobre que no podía contribuir con nada. La situación mejoró muy poco hasta bien entrado el último tercio del siglo XIX.

En 1877 la III Guerra Carlista ya habían finalizado y el restaurado Alfonso XII se gloriaba con el título del Pacificador de una España quebrantada por los conflictos civiles. La Requena de aquel año tenía unos 13.527 habitantes, unas 3.382 familias. Sólo el 70% de las mismas entraba en la categoría de contribuyentes. El contribuyente era el cabeza de familia con un mínimo de fortuna para pagar las imposiciones municipales según la Junta Municipal de Asociados de 1873-76.

Si comparamos, con toda la prudencia, los datos de 1842 con los de 1873-76, los resultados son interesantes. El casco urbano de Requena pasó de unos 4.636 habitantes a un mínimo de 5.404. El crecimiento fue, al menos, de un 16%.

La evolución fue variable en las distintas aldeas de Requena. En el Derramador se pasó de 460 a un mínimo de 452, y En Casas de Lázaro de 308 a 304. Sin embargo, se saltó de 272 habitantes a más de 400 en San Antonio, de 272 a 400 en Albosa, de 252 a 360 en Campo Arcís, de 212 a 304 en San Juan, de 180 a 208 en El Rebollar, de 180 a 232 en Villar de Olmos, de 172 a 248 en Los Pedrones, de 108 a 212 en Hortunas, y de 120 a 480 en La Portera, a la que se unieron los efectivos de la incorporada Casas del Río. En suma, las aldeas crecieron globalmente casi un 42%, lo que ofrece cumplida muestra del auge de la viticultura por estas fechas.

Con todo, el núcleo urbano de Requena conservó su hegemonía en el término, pasando del 64´6 al 60 por ciento de todos sus efectivos. La particular constelación de la geografía humana requenense se encontraba bien afirmada en el último tercio del agitado siglo XIX.

Fuentes.

ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE REQUENA.

Libro de cuentas del pósito de 1831 a 1841 (3506).

Junta Municipal de Asociados de 1873-76 (2774).